Mírate
honestamente. ¿Dónde estás en tu vida? ¿A dónde han llegado tus prioridades
hasta ahora y qué intentas hacer con el tiempo que te queda? Somos una mezcla
de luz y sombra, de buenas cualidades y defectos. ¿Ya somos lo mejor que
podemos ser? Si no es así, ¿Qué podemos hacer para mejorar? Estas son preguntas
que vale la pena preguntar, particularmente si hemos llegado a la conclusión de
que el cambio es algo deseable y posible.
En nuestro
mundo moderno, estamos consumidos todo el día con actividades sin fin. No
tenemos mucho tiempo o energía restante para considerar las causas básicas de
nuestra felicidad o sufrimiento. Imaginamos, más o menos conscientemente, que
si realizamos más actividades tendremos experiencias más intensas y por lo
tanto nuestro sentido de insatisfacción desaparecerá. Sin embargo, la verdad es
que muchos nosotros continuamos sintiéndonos desilusionados y frustrados debido
a nuestro estilo de vida contemporáneo.
El
objetivo de la meditación es transformar la mente. No tiene que estar
particularmente asociado a ninguna religión en particular. Cada uno de nosotros
tiene una mente y cada uno de nosotros puede trabajar en ella.
¿Es posible
el cambio?
La
pregunta real no es si el cambio es deseable; es si éste es posible. Algunas
personas pueden pensar que ellos no pueden cambiar porque sus emociones
negativas están tan íntimamente asociadas con su mente que se les hace
imposible deshacerse de ellas sin destruir una parte de sí mismos.
Es verdad
que el carácter de una persona no cambia mucho en general a través del curso de
la vida. Si pudiéramos estudiar al mismo grupo
de gente por unos años, raramente encontraríamos que la gente molesta se
ha vuelto paciente, que la gente perturbada ha encontrado paz interior, o que
la gente pretenciosa ha aprendido humildad. Sin embargo, aunque pueden parecer
raros, algunas personas sí cambian, lo que muestra que este cambio es posible. El
punto es que nuestros rasgos negativos de carácter tienden a persistir si no
hacemos nada que cambie esa situación. El cambio no ocurre si solo dejamos que
nuestras tendencias habituales y patrones automáticos de pensamiento se
mantengan e incluso se refuercen a sí mismos, pensamiento tras pensamiento, día
a día, año tras año. Esos patrones y tendencias pueden ser desafiados.
La
agresión, la codicia, los celos y otros venenos mentales son
incuestionablemente parte de nosotros, ¿pero son una parte intrínseca,
inseparable? No necesariamente. Por ejemplo, un vaso de agua puede contener
algo de veneno que nos mataría inmediatamente, pero la misma agua podría estar
mezclada con medicina. En ambos casos, H2O, la fórmula química del agua se
mantiene inalterada; en sí misma, nunca fue venenosa ni medicinal. Los
diferentes estados del agua son temporales y dependientes de circunstancias
cambiantes. De un modo similar, nuestras emociones, estados de ánimo y rasgos
de mal carácter son solo temporales y elementos circunstanciales de nuestra naturaleza.
Un aspecto
fundamental de la consciencia
Esta
cualidad temporal y circunstancial se hace clara frente a nosotros cuando nos
damos cuenta de que la cualidad primaria de la consciencia es simplemente el
saber/conocer. Como el agua en el ejemplo anterior, el conocimiento o
consciencia no es buena o mala en sí misma. Si vemos más allá de la corriente
turbulenta de los pensamientos y emociones que pasan por nuestras mentes día y
noche, este aspecto fundamental de la consciencia siempre está ahí. El Budismo
describe esta cualidad cognitiva básica de la mente como luminosa porque
ilumina tanto el mundo externo a través de las percepciones y el mundo interno
de las sensaciones, emociones, razonamientos, memoria, esperanza y miedo.
Aunque
esta facultad cognitiva se encuentra detrás de cada evento mental, no es en sí
misma afectada por estos eventos. Un rayo de luz puede brillar en una cara
desfigurada por el odio o en una cara sonriente; puede brillar en una joya o en
una pila de basura, pero la luz en sí misma no es ni mala ni amorosa, ni sucia
ni limpia. El entender que la naturaleza esencial de la consciencia es la
neutralidad nos muestra que es posible cambiar nuestro universo mental. Podemos
transformar el contenido de nuestros pensamientos y experiencias. El fondo
neutral y luminoso de nuestra consciencia nos provee el espacio que necesitamos
para observar los eventos mentales en lugar de estar a su merced. Entonces
también tenemos el espacio que necesitamos para crear las condiciones
necesarias para transformar estos eventos mentales.
por Matthieu Ricard
por Matthieu Ricard
(continuará...)
**Traducido de http://www.lionsroar.com/why-meditate-september-2010/
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