miércoles, 5 de octubre de 2016

Educando a los Niños (y los Padres) Conscientes





Los niños pequeños están tan presentes con su experiencia que usualmente no necesitan conectarse con el momento. A medida que crecen, sin embargo, las complejidades de la sociedad, las presiones del colegio y las distracciones de la tecnología juegan un rol significativo en sus vidas diarias. Ellos, como nosotros, necesitan toda la ayuda posible para volver a casa con consciencia y compasión. Lo que han aprendido de sus padres con el correr de los años puede hacer una contribución significativa a su habilidad para hacerlo.

Es difícil separar el educar a un niño consciente de educar a un padre consciente, ya que a menudo, sin siquiera notarlo, estamos enseñando a nuestros niños de modo pasivo a ser conscientes o inconscientes. Podemos estar tan enfocados en “enseñar” a nuestros niños a ser adultos responsables y compasivos que olvidamos que ellos están mayormente aprendiendo al ver cómo somos en el mundo.

Si estás prestando atención mientras respondes a las preguntas de tu niño, le estás enseñando que escuchar completamente no es tan importante. Si estás hiper-estresado y le gritas algo feo al chofer que te cerró el paso, le estás enseñando a tu hijo que la agresión es una respuesta saludable ante las ofensas percibidas. Por otro lado, cuando te detienes a ayudar a alguien a quien se le cayó algo en la calle, le estás enseñando a pensar en los demás, la raíz de la compasión. Cuando estás dispuesto a hablar abiertamente de emociones- tanto tuyas como las suyas- y te tratas a ti mismo con amabilidad en los momentos difíciles, inspiras la inteligencia emocional y la auto-compasión. Cuando te recuperas de tus errores en lugar de sumergirte en la vergüenza, estás modelando la resiliencia.

También hay más maneras activas en que podemos enseñar atención plena a nuestros niños. Podemos encontrar maneras creativas de inspirarlos- sin tratar de imponerlo, plantando las semillas. Puedes empezar comenzando por la atención plena de la emociones. Incluso cuando los niños pequeños de 2 años están molestos o contentos, puedes nutrir la auto-reflexión y la inteligencia emocional en ellos. Puedes ayudarles a identificar emociones y sentirlas en el cuerpo. Eso sentará las bases para que lo hagan por su cuenta. Puede tomar un tiempo, así que recuerda: tú estás simplemente plantando las semillas. Asegúrate de tomarlo con calma y chequear: ¿Cómo te estás sintiendo ahora mismo? ¿Cómo imaginas que tu niño se está sintiendo?

“El Amigo de Reapiración” es una práctica usada por mucha gente que trabaja con niños y atención plena. En nuestro programa CALM (siglas en inglés para “Conectando Adolescentes con el Aprendizaje de Atención Plena), hemos tenido éxito usándolo con niños pequeños, niños grandes y adolescentes. Es muy sencillo de hacer con nuestros propios niños.

Práctica: Amigo de Respiración

Esta es una práctica divertida que pueden hacer juntos, como familia. Para empezar, consigue un muñeco de peluche pequeño para tu niño, o una roca suave de río para tu hijo adolescente. Este será su “amigo de respiración”. Luego, todos se echan, ponen su amigo de respiración en la barriga e intentan hacerlo subir y bajar con cada inhalación y exhalación. Es útil animar a todos a respirar lento contando hasta tres en la inhalación y de regreso a uno en la exhalación.

Es una herramienta que tus niños pueden usar para calmarse en momentos estresantes, como cuando se están sintiendo ansiosos antes de un examen o después de una disputa tensa con un amigo. Para niños pequeños, puede ser útil el crear una historia incorporando al amigo de respiración, para involucrarlos más.

Nuestros momentos más significativos ocurren cuando bajamos el ritmo y nos sintonizamos con las cosas simples de la vida. No siempre es fácil de hacer- otras cosas en la vida pueden parecer más importantes- pero cuando te detienes y recuperas la perspectiva te beneficias tú, tu pareja y tus niños. Eso ayuda a los miembros familiares a regular sus emociones durante momentos de lucha, crea flexibilidad y creatividad, y cultiva la gratitud, empatía y compasión.


Cuando aprendemos a ser agradecidos por los buenos momentos y a no perder la gracia durante los momentos difíciles, se nos abre la vida real y no una versión distraída y automática de ella. Recuerda, educar a una familia consciente que te incluya a ti mismo, a tu pareja y a tus niños, es una práctica: no lo harás perfectamente. Cuando te apartes de tu intención, perdónate. En ese momento puedes descubrir algo vital: siempre puedes elegir comenzar de nuevo.

**Traducido de: http://www.mindful.org/raising-the-mindful-family/

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