jueves, 4 de mayo de 2017

Práctica de Mindfulness: Viendo detrás del Mal Comportamiento


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Cuando simplemente sabes que un niño o adolescente necesita ayuda y las circunstancias parecen incómodas, te hacen sentir nervioso, o se siente como si fuera mejor dejárselo a los demás, considera el practicar lo siguiente: “observar el premio” detrás de la conducta de un niño, al llegar a su parte vulnerable que dio pie a la situación en primer lugar. Este punto suave es realmente “el premio”, porque si ayudas al niño o adolescente a mantenerlo con compasión, cosas increíbles pueden aparecer.



1. Establece presencia consciente. Nota sensaciones de ansiedad, incomodidad o frustración que se estén mostrando en tu cuerpo a medida que te acercas al niño o adolescente. Deja que las sensaciones sean tal como son. Respira en base a ellas.

2. Recuerda… este niño está sufriendo, y no eligió esto (e incluso si estuvieran haciendo algo negativo o disruptivo “a propósito” en ese momento, él no se despertó en la mañana con un plan maestro para meterse con todos).

3. Intervén desde el “punto cero” (por ejemplo, deja todo lo que tengas que hacer y enfócate en lo que más importa para esta personita). Intervén así:

  • Viendo la “verdad” (por ejemplo, estableciendo específicamente lo que veas que sucede, sin etiquetas ni juicios: ¿Qué está el niño o el adolescente haciendo?).
  • Diciendo lo que es verdad para ti (por ejemplo, diciendo que estás preocupado y quieres ayudar, dar apoyo, escuchar, etc.).
  • Diciendo lo que es verdad para ellos (por ejemplo, diciendo que no tienes modo de saber lo que se siente para ellos, pero que tienes curiosidad y que estás dispuesto a escuchar sin juzgar o con una sensación de que el niño es “malo”).
  • Siendo la verdad (por ejemplo, escuchando realmente para entender de verdad al niño o adolescente, sin decir nada. También, haciendo acciones que den apoyo, aboguen o den ayuda a ellos; y siendo un modelo de flexibilidad, coraje y compasión con tu propia conducta).


4. Empodera el niño o adolescente, dejándoles saber que tienes confianza de que ellos puedan manejar la situación, que está bien el aceptar ayuda y que siempre tienen a la mano la opción sobre cómo experimentar y expresar lo que es difícil para ellos.

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