Meditación: Recordando tu bondad
Si te encuentras a ti mismo rumiando las cosas de
las que te arrepientes y los errores que has cometido, intenta este ejercicio. Te
ayudará a redireccionar tu atención y recordar lo bueno dentro de ti. El punto
es que no niegues tus errores, pero si te mantienes analizándolos, pensando en
ellos e inventando historias alrededor, simplemente estás reforzando el dolor
que ya te han causado. Cuando reconoces y reflexionas incluso en una cosa buena
acerca de ti mismo, estás construyendo un puente hacia un lugar de amabilidad y
cariño. Quedarte en ese lugar incrementa tu habilidad para ver honesta y
directamente hacia lo que sea que presente dificultad y te da la energía y
coraje para seguir adelante.
Siéntate cómodamente en una postura relajada y
cierra tus ojos. Ahora trae a la mente una cosa que hayas hecho o dicho
recientemente que sientes que haya sido amable o buena.
¡No tiene que ser de interés periodístico! Tal vez
le sonreíste a alguien o escuchaste su historia, quizás dejaste ir tu
incomodidad sobre un tendero lento, quizás fuiste generoso, quizás te sentaste
a meditar, quizás le agradeciste al conductor del bus. No es engreimiento o
arrogancia el considerar estas cosas. Es un nutrirse y reabastecerse para
deleitarse en lo bueno que hay dentro de nosotros.
Otra opción es pensar en una cualidad o habilidad en
ti mismo que te guste o que aprecias: tal vez te interesa ayudar a otros a
aprender o estás comprometido a practicar la paciencia con tu vecino irascible.
Si aún te encuentras a ti mismo atrapado en
el auto-criticismo, dirige tu atención al simple hecho de que tienes un deseo de
felicidad. Hay amabilidad y belleza en eso. O sencillamente recuerda que todos
los seres en todos lados quieren ser felices, todos queremos ser felices.
Nunca te sientas apenado de querer felicidad.
Recuerda que es tu derecho de nacimiento. Buscar la felicidad no es el
problema, el problema es que a menudo no sabemos dónde y cómo encontrar genuina
felicidad y, de este modo, cometemos los errores que causan sufrimiento tanto a
nosotros mismos como a los demás. Pero ese deseo de felicidad en sí mismo es
válido, y cuando lo respaldamos con atención consciente, se puede volver como
un instinto que nos lleva a casa o una brújula que nos lleva hacia la libertad.
Si la impaciencia o los juicios emergen durante esta
meditación, no te sientas como si hubieras fracasado. Es completamente natural.
Simplemente deja que la reacción negativa baje como una ola en la playa, y
fíjate si puedes regresar a la contemplación positiva sin autocrítica.
***Traducido de: https://www.mindful.org/how-to-recognize-your-inner-critic/
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