sábado, 10 de septiembre de 2016

¿Es la meditación suficiente?

Todos tenemos prejuicios, todos tenemos puntos de vista. No solo tenemos ideas, sino que tenemos opiniones e innumerables juicios, especialmente acerca de otra gente. Podríamos esperar liberarnos de tal enredo, pero usualmente lo que encontramos es que solo intercambiamos un juego de prejuicios por otro.
La práctica de la meditación de atención plena-conciencia no toma lugar en un vacío. Sucede dentro de un cierto contexto y punto de vista. En la tradición Budista, la meditación es a menudo presentada en el contexto de “visión, meditación y acción”. Cada uno de estos tres es esencial, como un sistema de controles y contrapesos.
Si no entendemos la visión, la práctica de la meditación puede ser más una trampa que un medio de liberarnos del engaño en que estamos. Sin un entendimiento del no-teísmo y la motivación de beneficiar a los demás, la práctica de la meditación puede degenerar en una auto-absorción y un escapismo. En lugar de aflojar nuestro aferramiento al ego, puede perpetuar nuestro desconocimiento y codicia. En lugar de conectarnos con nuestro mundo, puede sustraernos de él. La práctica meditativa podría ser incluso una herramienta de agresión, un modo de aclarar la mente antes de salir a cometer nuestro siguiente asesinato. La meditación por sí misma no es la cura mágica a todos los problemas. La visión informa a la práctica.
Así también, la meditación balancea a la visión. La práctica de la meditación es un modo de aflojar nuestra solidez. Sin práctica, incluso la visión más inspirada puede volverse ideología rígida. La meditación nos hace darnos cuenta de la inutilidad de aferrarse a cualquier visión rígida. Vemos la naturaleza de nuestro aferramiento a puntos de vista particulares, y la simplicidad de permitir que tales visiones se disuelvan. La ironía es que la motivación y la visión apropiadas son esenciales, y al mismo tiempo, es también esencial no aferrarse a ninguna visión.
La acción, el tercer componente, es un balance para tanto la visión como la meditación. La meditación no importa mucho si no tiene efecto en el resto de nuestra vida. Así también, podemos estar llenos de palabras vacías que no llevan a ningún cambio en nuestra vida o nuestra relación con los demás. Necesitamos actuar sobre la base de nuestro entendimiento y nuestra conciencia.
La acción, tal como la visión y la meditación, no aparece sola. La acción sin claridad de visión es algo equivocado y propenso a causar más mal que bien, y una acción sin meditación tiende a ser apresurada y compleja, en lugar de ser espaciosa y sencilla. Pero si estos tres factores están equilibrados, la claridad de visión y la conciencia meditativa impregnan todas nuestras actividades.
En el camino Budista integramos nuestras acciones, nuestra visión y nuestra práctica. Es un equilibrio de conciencia, comprensión y acción, trabajando armoniosamente juntas. De ese modo, nuestra energía no se divide o dispersa, sino que estamos completamente presentes en cualquier cosa que hagamos. Eso es lo que significa ser un ser humano genuino.
En el Budismo, el punto no es solo llegar a ser meditadores expertos, sino el cambiar nuestra completa manera de dirigirnos a la vida. La meditación no es meramente una técnica útil o gimnasia mental, sino una parte de un sistema balanceado diseñado para cambiar el modo en que afrontamos las cosas a un nivel fundamental. En este contexto, es un modo de exponer y eliminar los problemas esenciales del aferramiento y la fijación con el ego que nos separa de los demás y que causa dolor interminable.
Hay muchas variedades de meditación y muchos contextos diferentes en los cuales ocurre. Incluso dentro de la tradición Budista, hay muchas variedades de meditación y muchas diferencias de opinión acerca de lo que trata la meditación. Sin embargo, donde sea que aparece, está matizada por uno u otro prejuicio. Actualmente, la gente arranca técnicas como la meditación de sus contextos tradicionales, mezcla y ajusta prácticas de tradiciones muy diferentes, y las aplica en nuevas configuraciones. La práctica meditativa se está siendo presente cada vez más en un modo secular, libre de trampas religiosas. En los Estados Unidos, tiende a ponerse en una categoría general de “técnicas de auto-ayuda”. Como resultado, la meditación ha sido “desmitificada” para mucha gente, que la ven como un aspecto de un estilo de vida saludable, como trabajar o como comer comida sana.

La meditación es usada como una terapia para calmar a la gente, como curación (para disminuir la presión sanguínea, por ejemplo, o lidiar con el dolor), e incluso como una manera de superarse en los negocios, o ganar en los deportes. Está haciéndose cada vez más presente en la vida común. Esto no es diferente a lo que le ha sucedido a la práctica del Yoga, que una vez fue visto como un sistema sofisticado de entrenamiento espiritual, y ahora se ofrece con regularidad. La técnica puede estar ahí, pero no hay corazón. Hay un peligro de que la técnica de la meditación pueda ser reducida de modo similar. La misma técnica diseñada para vencer al poder de la fijación por el ego podría convertirse en otra capa de nuestro escudo de protección del ego.


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