viernes, 4 de noviembre de 2016

Tres Maneras de Hablar con tus Hijos sobre Diversidad


A menudo sentimos la necesidad de proteger a nuestros niños de las duras realidades que tenemos alrededor. Sin embargo, el mejor regalo que les podemos dar no es "seguridad", sino un conjunto de herramientas para lidiar con sentimientos difíciles y la verdadera naturaleza del mundo.

Por Theo Koffler | 4 de agosto, 2016

Desde a naturaleza conflictiva de las actuales elecciones a los ataques terroristas aquí y en el exterior, el mundo puede parecer un lugar oscuro y tenebroso. El constante bombardeo de noticias hace difícil escapar a las emociones difíciles que estos eventos suelen evocar, pero la verdad es que escapar de tus sentimientos no debería ser la meta en primer lugar. Sin importar cuán incómodo pueda ser, el sentarse en medio de esa incomodidad, abrirse a los otros y trabajar con esas emociones es el único modo de eventualmente disipar la nube oscura que puede estar flotando sobre ti.
Necesitamos enseñar a nuestros niños que es posible vivir con sus emociones difíciles- ira, miedo, tristeza, incomodidad- y aun así seguir adelante mostrando compasión, amabilidad y esperanza. En lugar de reaccionar con miedo o ira, necesitamos instaurar el importante valor de una comunidad inclusiva y diversa. No temas al otro- acéptalo. Conócelo. Entiende la multitud de factores que pueden hacer su visión del mundo diferente a la tuya. La raíz del terror es el miedo, el odio y la ignorancia. Nuestras diferencias no necesitan ser un motivo de división. El exponer a los niños a diferentes culturas, razas, orientaciones sexuales, géneros, religiones e idiomas puede ayudar a convertir el miedo y la ignorancia en entendimiento y compasion.
Inicia la conversación
Has que sea un tema de conversación en la comida familiar al menos una vez a la semana y pide a tus hijos que compartan sobre algo que les preocupe. Sé específico. ¿Qué circunstancias los hacen sentir incómodos, temerosos, molestos o tristes? Escucha su punto de vista. Experimenten estas emociones juntos. No las etiquetes, no las juzgues- el solo brindar un lugar seguro para la discusión ya es una buena medicina. Puede sugerir tomar unos respiros para relajarse, como una útil herramienta para reducir el estrés.
Comparte:
       Una historia sobre un moment en que te abriste a una experiencia y eso amplió tu visión del mundo.
       Sobre un privilegio que tengas en tu vida y que podrías dar por sentado.
       Una lucha que enfrentas y que otros pueden encontrar sorprendente
       El modo en que das a entender tu punto de vista con otras personas que no son de tus mismas opiniones
Continúa la conversación
Mantén una conversación contínua. Asegúate de hacer saber a tus hijos adolescentes que pueden acercarse a ti para discutir asuntos que importan. Háblales acerca de la importancia de la diversidad y la aceptación. Explícales que puedes estar en desacuerdo respetuosamente y sin odiar a la otra persona. ¿Sería bueno si nuestros políticos demostraran esto? Seguro, pero solo por el hecho de que no lo hacen, no significa que sea una causa perdida. Habla con tus hijos y pregúntales cómo sería bueno manejar un desacuerdo, tal vez actuándolo. No solo tú serás el que dé un buen ejemplo, probablemente aprendas mucho sobre las vidas de tus hijos, sus amistades y opiniones.
  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario