La adolescencia es tumultuosa, pero mientras los jóvenes ponen a prueba
los límites y se vuelven un poco desafiantes, también esta etapa es una base
para establecer un sentido de intención e individualidad. Acá hay algunas ideas
para ayudar a nuestros hijos en esta lucha.
El año
escolar está a la mitad. Mientras octubre avanza, puede que te encuentres
embrollado en un horario frenético, obligaciones que llevan a tensas batallas
después del colegio y “luchas por el poder” con tus hijos adolescentes. Más
allá de su rechazo a hacer la tarea y los deberes caseros, la búsqueda
constante de un adolescente es el afirmarse a sí mismos y esculpir una
identidad personal que haga las cosas difíciles para la familia entera. Si te
has encontrado a ti mismo regañando a tus hijos o diciendo el usual “no vas a
salir hasta que termines tu tarea,” “limpia tu cuarto” y “¿lavaste los
platos?”, no eres el único. Desafortunadamente, invadir con una tormenta de
deberes y prohibiciones solo incrementa el nivel de estrés en la casa. En lugar
de añadir presión, puedes ayudar a tus hijos a aprender a lidiar con rutinas y
demandas en un modo más saludable.
Si la
respuesta general de tu hijo al discutir las reglas y poner metas es menos que
entusiasta, no estás solo. Es normal en un 100% de adolescentes el ser de humor
cambiante, poco comunicativo y de algún modo desafiante. Dan Siegel, psiquiatra
infantil y autor del bestseller Brainstorm, explica que el hecho que un adolescente pruebe los límites
y tenga un impulso apasionado de explorar es una parte esencial de su proceso
de desarrollo. A menudo es el “trabajo adolescente” el que ayuda a desarrollar
el carácter y los rasgos de personalidad, y termina habilitándonos a llevar
vidas de aventura y propósito en la adultez.
Todo esto no significa que los adolescentes no
deberían tener metas y expectativas- sí deberían. Tener algo hacia lo cual
trabajar es enriquecedor e importante, pero las metas que establecen juntos
deben estar acordes con la realidad de quien tus hijos son y lo que valoran. Si
tu hijo adolescente no es un atleta, no necesita ser un jugador calificado para
ir a la Universidad (incluso si todos sus amigos están en el equipo o crees que
se vería bien para optar por una universidad). Primero, si él o ella no es un
buen jugador/a, eso está fuera de la posibilidad. Luego, ¿por qué no enfocarse
en una meta más apropiada para las habilidades de tu hijo? Las metas de tu hijo
deben ser para ellos. ¿Qué los inspira?
Trazar un camino exitoso para el futuro es la
consecuencia de enseñar a tus hijos adolescentes a lograr un sentido de propósito,
no un sentido de deber, de miedo o de desilusión. Idealmente, quieres que tus
hijos se descubran interiormente y descubran sus talentos y dones únicos.
Quieres que exploren lo que son y lo que quieren ser. En lugar de exigir e
imponer tus deseos a tus hijos, abre un diálogo y hazte una idea de cómo se
están sintiendo. ¿Qué quieren de sus propias vidas? ¿Cómo puedes inspirarlos a
pensar dos veces acerca de su visión personal del mundo, confrontar
experiencias placenteras y displacenteras, ampliar sus horizontes, descubrir
fortalezas internas y formar más independencia? Después de todo, como adultos,
sabemos que a veces, incluso cuando los sueños se incendian, entre las cenizas
encontramos una semilla de nuevas oportunidades esperando a ser nutrida.
Cómo ayudar a tu hijo
adolescente a desarrollarse
Sé un mejor oyente.
Escucha con la intención de conocer. Deja tu deseo de convencer a tu hijo o
imponerle tus opiniones. Tu conversación debe dar el espacio para que exprese
sus ideas, explore nuevas fronteras, forme una identidad y se mantenga abierto
al cambio constante. Si podemos enseñar a nuestros hijos a ser curiosos y a
evitar ver las experiencias con un lente extremista de blanco o negro, bueno o
malo, éxito o fracaso, comenzarán a explorar y a vivir más plenamente cada día.
Esta mentalidad más abierta les permitirá experimentar, fallar y cambiar de
opinión cuando algo no va de acuerdo a lo planeado y les permite oir y apreciar
diversas perspectivas. La habilidad de adaptarse a todas las circunstancias constituye
la resiliencia.
Empatiza. Sé una fuente de apoyo. La vida está llena de
momentos dolorosos- los amigos se mudan, la universidad los rechaza, loa padres
se separan y a veces el camino se vuelve difícil. Ya sea que experimenten
emoción, ansiedad, desilusión o fracaso, déjales saber que siempre los apoyas. Mientras
más demuestres voluntad para ver la vida a través de sus ojos, más cercanos
serán. Una relación fuerte y de confianza facilita la admisión de la derrota,
la desilusión y el logro y las emociones que ocurren durante estos momentos
comenzarán a unirlos, más que a dividirlos.
Hablen honestamente. Formula preguntas que hagan que
toda la familia comparta quiénes son, qué les gusta y cómo interactúan con el
mundo. El que los demás valoren sus sentimientos les da a los adolescentes el
ánimo que necesitan para sentirse aceptados, admitir la derrota y readaptarse. A
menudo el simple acto de mostrar interés es suficiente para fortalecer las
conexiones y construir conversaciones significativas que duren toda una vida.
**Traducido de: http://www.mindful.org/three-tips-raising-resilient-teens/
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