viernes, 22 de diciembre de 2017

Lo que el Buda Enseñó


Imagen relacionadaUna pregunta que a menudo ronda la mente del estudiante moderno de Budismo es “¿Qué enseñó el Buda?” La respuesta corta, me parece, es algo como “¿Quién sabe?” Es como preguntar “¿Qué es un árbol?” (o cualquier otra pregunta, según el caso). Simplemente no se puede llegar a lo que algo realmente es. Todo lo que se puede decir es lo que parece desde esta perspectiva o ese punto de vista, lo que, cuando piensas en eso, es decir mucho más sobre nosotros mismos que sobre el árbol, o sobre lo que el Buda realmente enseñó.

Podemos mirar un árbol en términos de su biología o química, su forma, especie, color, la belleza que evocan sus hojas en el otoño, en medio de la brisa. Es una casa para ardillas, una amenaza para la fundación de un hogar cercano, un lugar de alimentación para insectos y aves. Es una cosa para el carpintero y otra para el ser humano común, y otra cosa más para el niño de 10 años con algunas tablas de madera y clavos. Podría seguir, pero creo que el punto ya es claro. Es asunto de cómo ves la cuestión.
Lo mismo se podría aplicar a nuestro entendimiento de lo que Buda enseñó. Tal como el científico puede sentir que tiene una perspectiva más definitiva u “objetiva” del árbol, también es el caso del experto en religión que tiende a mantener cierta autoridad de las enseñanzas de Buda, al menos en su propia mente. Incluso con una comprensión sofisticada de los asuntos filosóficos, una apreciación refinada del contexto histórico y un gran dominio de las lenguas antiguas, no hay modo de huir de la conclusión primaria del mundo postmoderno: todo significado se construye localmente. Al final del día, todas las construcciones de conocimiento son solo construcciones.
Un entendimiento de lo que el Buda enseñó se expande en toda persona que alguna vez ha oído e intentado comprender  esas enseñanzas, porque tal entendimiento es un evento local que toma lugar en un momento específico dentro de un individuo particular. Ese individuo podría estar entrenado en el estudio de religión, o en artes meditativas, o involucrado en una agenda específica, o incapaz de pensar fuera de su zona de confort… o todo lo anterior. De hecho, lo único seguro es que todo el que trate de entender lo que Buda enseñó, responderá a esa pregunta desde una perspectiva específica y limitada. De hecho, hay otra cosa que también es segura: ninguna de estas perspectivas tiene mucha oportunidad de llegar a lo que Buda realmente enseñó.
Esto no es meramente para decir “todo es relativo” y, por consiguiente, “como sea”. El cómo cada uno de nosotros construye su mundo local de significado es un asunto de gran interés. De hecho, no hay nada más importante o que merezca nuestro cuidado. Nuestro grado de sufrimiento se determina por cuán hábilmente construimos nuestro mundo interno.
¿Qué indicaciones nos dejó el Buda para ayudarnos a entender lo mejor posible aquello que él enseñó?
Para comenzar, él parece ser consciente del problema. Incluso durante su vida, la gente frecuentemente malinterpretaba su enseñanza, ya sea deliberadamente o sin proponérselo. “Hombre confundido, ¿quién te ha enseñado el dharma de ese modo?” le dice a Arittha, que trata de decir que los obstáculos en realidad no son obstáculos, y a Sati, que piensa que su conciencia sobrevivirá su muerte.  Desde los comienzos, él parece haber sido representado erróneamente de un modo regular por aquellos “que declaran como dicho por el Tathāgata aquello que no fue dicho por el Tathāgata.”
El Buda fue por tanto muy cuidadoso sobre cómo sus enseñanzas fueran transmitidas, diciendo: “Dos cosas ayudan a establecer el verdadero dharma: el decir las palabras de modo correcto, y el interpretar el significado de modo correcto.” Y, se nos dice, que en momentos de duda sobre si un profesor está transmitiendo de modo preciso las doctrinas del Buda, “Sus palabras y frases deberían ser cuidadosamente estudiadas y comparadas con los sutras, y revisadas a la luz de la práctica.”
La primera parte de este consejo es un asunto de precisión histórica, erudición crítica y un cierto grado de sentido común. La segunda parte, en cambio, que se relaciona con “la correcta interpretación del significado” y “la revisión a la luz de la práctica” es enteramente otro asunto, y precisa un tipo diferente de habilidades.
El dharma se supone que debe ser llevado a la acción. Es un modelo para cómo reorganizar la función de la mente y el cuerpo en el momento presente, y como tal su significado solo puede ser recobrado si es puesto en uso. La mejor respuesta a la pregunta de qué enseño el Buda, por lo tanto, será encontrada no en los textos sino en la experiencia. Es importante el dirigir la atención de un modo particular dentro de la experiencia, y las instrucciones para cómo hacerlo están en los textos. Pero el significado de las enseñanzas del Buda, que esencialmente está en las conclusiones producto de esa visión correcta, solo se manifestará cuando su sabiduría sea llevada al acto de modo local, en la transformación de una persona.
Como él dijo a los Kalamas: “Cuando sepan por sí mismos que estas cosas son saludables, que al ser llevadas a cabo ayudan a inclinarse al bienestar y la felicidad- entonces, Kalamas, habiendo llegado a ellas es que deberían quedarse con ellas.” Así, la mejor manera de discernir lo que el Buda enseñó es volverse lo que el Buda enseñó. Construye cuidadosamente la balsa, de modo diligente rema hasta la otra orilla, y conviértete en alguien que conozca. 
—Andrew Olendkzi

***Traducido de: https://www.bcbsdharma.org/article/what-the-buddha-taught/