Allá en los 70s, durante mis años de escuela, recuerdo
vivamente un incidente perturbador. Yo estaba en la oficina del director cuando
oí a este gritarle a un alumno, detrás de una puerta cerrada. No sé lo que el
alumno había hecho para estar recibiendo un trato así, pero sí recuerdo mi
corazón palpitando y un sentimiento de terror de que esa ira de algún modo se
dirija hacia mí. Obviamente, me salí de la oficina lo más rápido posible,
aliviada de haber escapado. El asunto es que ese escenario era considerado
bastante “normal”. Felizmente, el castigo corporal no era practicado en mi
escuela, lo que hubiera sido mucho más aterrador.
Desafortunadamente, en la actualidad muchos alumnos se
pueden sentir relacionados con esta historia. El castigo corporal existe en 19
estados de los EEUU, con muchas escuelas usando medidas cada vez más duras para
lidiar con alumnos indisciplinados. Sin embargo, los estudios han mostrado que
el castigo físico y verbal simplemente no funciona- ambos causando problemas de
conducta en el largo plazo. Tiene que haber una mejor manera- y una
organización establecida en Baltimore cree haber encontrado la respuesta:
habilitar a las comunidades y escuelas a través del yoga, el mindfulness y las
prácticas de autocuidado.
Cambiando Vida Jóvenes para Bien con Prácticas de
Mindfulness
“Imagina esto: en lugar de mandar a tus niños a su habitación
pateando y gritando, alejarlos de su iPad por una semana, darles un tiempo en
la esquina de la sala, les pides que pasen unos minutos solos a meditar y trabajar
con la ira, la frustración y otras emociones que les causen esas conductas.
“Esta nueva forma de disciplina es ahora un gran éxito en
muchos colegios, los cuales están viendo algunos grandes cambios entre los
alumnos.”
*Sandi Schwartz en “¿Puede la Enseñanza de Mindfulness en
Niños reemplazar a los Métodos disciplinarios?”
El colegio Robert W. Coleman en Baltimore, EEUU, no tiene un
salón de detención o una política de castigo activo para los niños
indisciplinados. En lugar de eso, hay un salón de Momento Consciente, donde los
alumnos son incentivados a participar de prácticas de respiración o meditación
para “calmarse y recentrarse.” También se les da la oportunidad de hablar sobre
lo que pasa con asistentes especialmente entrenados.
Creado en cooperación con la Fundación de Vida Holística,
una ONG local que se enfoca en nutrir el bienestar de niños y adultos en
comunidades poco favorecidas, el salón de Momento Consciente ha reducido
significativamente las tasas de suspensiones- con exactamente cero en 2015, y
ninguna en lo que va del año. Durante más de diez años, la fundación también ha
llevado a cabo el programa “Yo Holístico”, que ofrece mindfulness y yoga
después de clases para niños desde el pre kínder hasta el quinto grado.
El salón de Momento Consciente está lleno de lámparas,
cojines y bolsas de frijoles- muy diferente de los salones de detención
sombríos y sin ventanas del pasado. Esencialmente, es un espacio donde los
estudiantes están a salvo y apoyados mientras aprenden ejercicios de
respiración, meditación y mindfulness.
“Es genial,” dice Kirk Philips, el coordinador de “Yo
Holístico”, en el colegio Robert W. Coleman. “No esperarías que niños pequeños
estuvieran meditando en silencio, pero ellos sí lo hacen.”
No solo se han eliminado las suspensiones, sino que los
alumnos mismos están reconociendo los beneficios del programa.
“Antes de un examen, un alumno de quinto grado habla de usar
técnicas de respiración: “Inspiré profundamente para calmarme y terminar la
prueba. Cuando todos alrededor tuyo están haciendo mucho ruido, solo trata de
ser tú mismo, respira.”
Otro alumno usaba los ejercicios que aprendió en el programa
cuando estaba molesto en su casa.“Esta mañana me molesté con mi papá, pero recordé respirar y
no grité.”
Andrés Gonzales, co-fundador de la la Fundación de Vida
Holística, agrega:
“Los padres nos han dicho: ‘llegué a casa estresado el otro
día, y mi hija me dijo ‘Mamá, necesitas sentarte. Te voy a enseñar cómo
respirar.’ “
La fundación también hace seguimiento tutorial a los niños,
mientras los educa acerca del medio ambiente. Los alumnos se involucran en la
limpieza de parques cercanos, crear jardines y visitar granjas locales. Ellos también
entrenan a los niños a ayudar a llevar a cabo clases de yoga como profesores
adjuntos.
No importa el modo en que veamos estos programas de
mindfulness, yoga y empoderamiento, son una apuesta ganadora- para los alumnos,
el colegio y la comunidad en conjunto.
**Traducido de http://www.bbncommunity.com/instead-punishment-school-teaches-mindfulness-yoga-stunning-results/