Buda comienza el entrenamiento de la mente con el
esfuerzo correcto. Él pone este factor en especial relieve porque la práctica
del camino requiere trabajo, energía y ejecución. Buda no es un salvador: “Los
iluminados apuntan hacia el camino, ustedes mismos deben hacer el esfuerzo.” Dice
que “la meta” es para los que tienen energía y no para los flojos. Aquí llegamos
al gran optimismo del Budismo: a través del esfuerzo correcto podemos
transformar la estructura completa de nuestras vidas. No somos las víctimas sin
esperanza de nuestro pasado condicionante. No somos las víctimas de nuestros
genes o nuestro ambiente, sino que a través del entrenamiento mental es posible
elevar la mente a la alta meseta de la sabiduría y la liberación.
El esfuerzo correcto puede ser dividido en cuatro
aspectos. Si observamos los estados que afloran en la mente, vemos que aterrizan
en dos clases básicas: estados saludables y no saludables. Los estados no
saludables son los estados mentales enraizados en las corrupciones, la codicia,
el odio, las ideas equivocadas y sus derivados. El lado saludable consiste en
las cualidades virtuosas que deberían ser cultivadas, como los ocho factores,
los ocho fundamentos de la atención consciente, los siete factores de la
iluminación, etc.
Con relación a cada uno de estos estados positivos
y negativos, hay dos tareas que tenemos que realizar. De este modo, los cuatro aspectos del
esfuerzo correcto son:
1. El esfuerzo de prevenir que los
estados no saludables afloren
En un momento en que la mente está calmada, algo
puede suceder que dispare una corrupción, como el aferramiento a un objeto
placentero o la aversión a uno displacentero. Al mantenernos alertas sobre los
sentidos, somos capaces de prevenir ese afloramiento. Somos capaces de
simplemente reconocer al objeto sin reaccionar a él por medio de codicia o
aversión.
2. El esfuerzo de abandonar los estados
no saludables ya aflorados
Esto es el eliminar las corrupciones que han
aparecido. Cuando vemos que una corrupción está presente, tenemos que aplicar
energía para eliminarla, y esto se puede hacer de muchas maneras.
3. El desarrollo de los estados saludables
no desarrollados
Tenemos muchas hermosas cualidades potenciales
alojadas en la mente. Tenemos que traerlas a la superficie: amabilidad,
compasión, etc.
4. Fortalecer y cultivar los estados
saludables ya existentes.
Debemos evitar caer en la complacencia y tenemos
que hacer un esfuerzo para sostener los estados saludables y desarrollarlos
hacia un desarrollo completo.
Un comentario adicional de advertencia debe ser
añadido acerca del Esfuerzo Correcto. La mente es un instrumento muy delicado y
su desarrollo requiere de un preciso balance de las facultades mentales. Necesitamos
atención consciente para reconocer qué tipo de estado mental ha aflorado y un
cierto grado de sabiduría para mantener el balance y prevenir irnos a los
extremos. Esto es el camino medio.
El esfuerzo debe ser balanceado sin cansar a la
mente por un lado y sin caer en el estancamiento por el otro. Buda decía que
para conseguir buena música de una guitarra, sus cuerdas tienen que estar
afinadas ni muy tensas ni muy flojas.
El practicar el camino debe ser de ese modo. El modo
de practicar es de acuerdo al Camino Medio: balance entre energía y calma.
**Traducido de: http://www.beyondthenet.net/dhamma/rightEffort.htm