1. Antes, durante o justo
después de una interacción difícil con alguien, haz una pausa por un momento.
2. Nota las sensaciones de
ansiedad, incomodidad o frustración que están apareciendo en tu cuerpo.
Obsérvalas moverse en tu cuerpo con curiosidad y atención compasiva. Inhala y
penetra en ellas. Ve la “verdad” que hay en ellas- una verdad que es directa e
innegable.
3. Forma un puño con tu
mano derecha, lentamente. Dirige tu atención a las sensaciones en esa mano- el
pulso y la tensión. Imagina toda la tensión surgiendo en tu cuerpo por medio de
las sensaciones en tu puño.
4. Toda esta práctica puede solo durar
unas pocas aspiraciones, pero nota cuán rápido puedes dirigir tu atención a
esta única área de tu cuerpo. Respira y piensa en la tensión en tu mano, sin
importar lo que la otra persona haya dicho o hecho (o podría hacer o decir). Tú
eliges cómo te relacionas con esta tensión en tu cuerpo.
5. Ahora deja ir la
tensión en tu mano derecha y ábrela, dirigiendo la palma hacia arriba. Nota las
sensaciones en tu mano, y las diferencias y cambios a medida que ocurren.
Observa ahora cómo puedes dejar ir el “estar en lo correcto” y solo ser testigo
de la verdad que tanto tu cuerpo y tus pensamientos están diciendo. No
necesitas agarrarte a nada- si estás con la voluntad, puedes simplemente dejar
que todo sea tal como es: sensaciones corporales, pensamientos pasando por tu
mente.
6. Ahora, con una respiración
final profunda, pregúntate: ¿Qué importa más para mí en este momento?
¿Qué es lo que más necesito o valoro? Tal vez es aceptación,
validación, colaboración, espacio emocional, o incluso honestidad misma.
7. Y finalmente… ¿Estoy con
voluntad para hablar desde la verdad de esta práctica? Considera decir
en voz alta lo que está pasando:
a) Nombra tus sensaciones corporales
(presión, pulso, disipamiento, calor, frío, entumecimiento, vibración… o
lo que sea).
b) Establece la verdad de tu emoción
desde las etiquetas de ira, frustración, tristeza, miedo, confusión, shock, o
alegría.
c) Identifica lo que
más necesitas en UNA o DOS palabras (validación, aceptación, entendimiento,
paciencia, colaboración, seguridad, respeto, etc.)
8. Considera el
abrirte a la perspectiva de la otra persona (escuchar realmente para entender
verdaderamente versus hacer valer tu opinión, ventilar tus emociones, o
culpar). Invita a la otra persona a través de tu honestidad a que hable de su propia verdad.
**Traducido de: http://www.mindful.org/how-to-have-a-mindful-conversation/
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