viernes, 29 de septiembre de 2017

3 Maneras de Inspirar a que los Niños Compartan


Recientemente me topé con una reinvención de uno de mis caramelos favoritos de infancia, el chicle de fruta. Al comer uno, me siento como de ocho años de nuevo. Recuerdo guardarme todos los chicles de fresa para mí y compartir los de limón y naranja, que menos quería, con mis hermanas. Después de todo, compartía.


Resultado de imagen para niños compartir¿Pudieron mis padres haber hecho algo para animarme a ser más generoso? Un nuevo estudio dice que sí.

¿Cuándo es más probable que los niños compartan?
Se encontró, primeramente, que el ambiente importa- en otras palabras, el comportamiento del niño es formado por lo que otras personas dicen o hacen. Si los niños en el estudio escuchaban sugerencias que animaran a ser egoísta, ellos tendían a serlo. Los niños son proclives a compartir bajo ciertas condiciones, sugiere un reciente estudio de Katherine McAuliffe y colegas.

Como se podría esperar, los niños que no oyeron ninguna sugerencia sobre qué compartir no fueron tan egoístas como los que oyeron la sugerencia de solo dar una pequeña fracción de sus chicles.

La edad hacía una diferencia, también. Niños más pequeños eran más propensos a seguir las sugerencias, pero los mayores daban más que los menores. Aunque los niños raramente daban todos sus caramelos cuando se les aconsejaba hacerlo, los niños mayores compartían la mitad de sus caramelos más a menudo que los pequeños.
¿Pero los niños responden más a las pistas de los adultos o de otros niños? En otro estudio, Azzura Ruggeri y sus colegas presentaron una situación parecida a niños de 9 a 23 años de edad, en diferentes circunstancias: decidir cuántos chocolates compartir. ¿El resultado? Los niños de 9 años estaban más influenciados por los adultos que por los pares, pero lo contrario sucedía para el grupo que entraba a la adolescencia. Los adolescentes también experimentaban una mayor relación entre sus valores, acciones y emociones: los que compartían al menos tanto como creyeron que era justo, eran más felices comparados con los adolescentes que compartieron menos de lo que creyeron que era justo.

Esta coherencia comienza a desarrollarse a una edad temprana, de acuerdo con otro reciente estudio hecho por Markus Paulus y Chris Moore con niños de 6 años de edad. Encontraron que los niños esperaban estar más contentos cuando decidían compartir que cuando decidían no hacerlo.

También descubrieron que los niños que se sentían más tristes cuando no compartían dieron de modo más generoso en oportunidades de compartir posteriores, a comparación de los niños que se sintieron menos tristes. De acuerdo a Paulus and Moore, esto podría explicar una posible motivación para que los niños compartan: el anticipar un sentimiento de “calidez” que viene con el ser generoso.

¿Qué podrían significar estos descubrimientos para los padres?

Considerados en su totalidad, estos descubrimientos sugieren pautas bastante específicas para los padres, en el momento de incentivar a sus hijos a compartir.

Los padres pueden influenciar las decisiones que sus hijos hacen con respecto al dar- pero no deberían llevarlo a los extremos

Los niños responden a las sugerencias establecidas claramente y que sean amables acerca de lo que es aceptable cuando se trata de compartir. En el estudio anterior, los investigadores introdujeron sus sugerencias generosas o egoístas diciendo “La mayoría de niños da…”

Los niños también son dóciles ante las sugerencias que están de acuerdo con lo que ellos ya creen que es apropiado. Incitarlos a compartir más del 50/50 puede llegar a un terreno de injusticia. El reconocer los límites superiores al establecer reglas ayuda a los padres a anticipar la generosidad de sus niños.
Considera la edad de tu hijo
La conducta de compartir cambia a medida que los niños crecen. El reconocer las diferencias de edades ayuda a los padres a establecer expectativas apropiadas y posibles de lograr por parte de sus hijos. El tener en mente que es más fácil persuadir a niños pequeños a que sean egoístas y a niños grandes a que sean generosos ayuda a los padres a tener metas coherentes con el desarrollo de sus hijos.
La conducta de compartir cambia a medida que crecemos
Cuando se trata de tomar decisiones sobre el compartir, los adultos influyen más en los niños pequeños, mientas que los amigos influyen más en los adolescentes. Los padres de adolescentes deberían tratar resaltar momentos inspiradores de generosidad de jóvenes de edad similar, para fomentar la motivación positiva, en lugar de dar un juicio negativo o hacer una comparación.
¿Cómo se siente el niño en ese preciso momento?
Las conversaciones de padres e hijos sobre compartir que involucren el modelar cómo hablar acerca de las emociones, pueden enriquecer el vocabulario que el niño tiene acerca de las emociones, lo que a su vez puede promover mayor conciencia de sí mismos y los demás. Esto puede dar a los niños oportunidades para interpretar e interiorizar el impacto de la generosidad propia y de los demás- por ejemplo, notando las emociones positivas que el dar puede incitar en la persona que da y la que recibe, y tal vez algunas de las emociones negativas que nos desanimar de compartir. Los padres que notan y expresan aprobación ante los actos de generosidad de sus niños y de otros niños tienen el potencial de reforzar las decisiones que sus hijos toman para compartir. De este modo, ¿habría yo compartido más chicles si mis papás hubieran aplicado estas ideas? Tal vez no en ese momento específico, pero con constancia y al largo plazo sí hubiera tenido un impacto. ¡En estos días, a duras penas me guardo todos los caramelos para mí mismo!
**Traducido de: https://www.mindful.org/3-ways-inspire-kids-share/