miércoles, 22 de marzo de 2017

5 Prácticas para Nutrir la Felicidad (Parte2)

3. Disfrute Basado en Mindfulness
El Mindfulness nos ayuda a estar en contacto con el sufrimiento, de modo que podemos aceptarlo y transformarlo, pero también estar en contacto con las maravillas de la vida, incluyendo nuestro propio cuerpo. Es entonces que el respirar se convierte en un encanto, verdaderamente.
Resultado de imagen para felicidadCuando practicamos la respiración o la caminata consciente, traemos a nuestra mente a casa en nuestro cuerpo y nos establecemos en el aquí y ahora. Nos sentimos muy afortunados, ya que tenemos muchas condiciones de felicidad que están disponibles. El Mindfulness es una fuente de felicidad.
El Mindfulness es una energía que puedes generar todo el día a través de tu práctica. Puedes lavar tus platos en mindfulness, cocinar, limpiar el piso, y puedes estar en contacto con las muchas condiciones de felicidad y disfrute que ya está disponibles. Eres un artista de verdad. Sabes cómo crear disfrute y felicidad cada vez que quieras.
4. Concentración
La concentración nace del mindfulness. La concentración tiene el poder de desaparecer las aflicciones que te hacen sufrir y permite que el disfrute y la felicidad ingresen.
La concentración es necesaria para mantenernos en el momento presente. Las preocupaciones y la ansiedad acerca del futuro siempre estarán ahí, listas a secuestrarnos. Podemos verlas, reconocerlas y usar nuestra concentración para volver al momento presente.
Cuando tenemos concentración, tenemos mucha energía. No somos llevados por visiones de sufrimiento pasado o miedos sobre el futuro. Nos mantenemos de modo estable en el momento presente de modo que podemos vivir las maravillas de la vida y generar felicidad.
La concentración siempre está relacionada con algo. Si te enfocas en tu respiración de modo relajado, ya estás cultivando una fuerza interior. Cuando regresas para sentir tu respiración, hazlo completamente. No tienes que hacer un esfuerzo inmenso.
5. Entendimiento
Con mindfulness, reconocemos la tensión en nuestro cuerpo y queremos liberarla, pero a veces no podemos. Lo que necesitamos es algo de entendimiento.
El entendimiento es el ver lo que está ahí. Es la claridad que nos puede liberar de las aflicciones como los celos o la ira, y permite a la verdadera felicidad la entrada. Todos tenemos entendimiento, aunque no siempre hacemos uso de él para incrementar nuestra felicidad.
Podemos saber, por ejemplo, que algo (un deseo o un resentimiento) es un obstáculo para nuestra felicidad, que nos trae ansiedad y miedo. Sabemos que no vale la pena lo que se pierde por eso, pero aun así ocupamos nuestro tiempo y energía obsesionados con eso. Somos como un pez que ha sido atrapado antes y sabe que hay un gancho en el anzuelo; si el pez hace uso de ese entendimiento, no picará porque sabe que será atrapado.
A menudo picamos en nuestro deseo o resentimiento, y dejamos que el gancho nos atrape. Nos encontramos aferrados a estas situaciones que no valen la pena. Si el mindfulness y la concentración están ahí, entonces el entendimiento estará y nos podemos librar de esa trampa.
En primavera, cuando hay mucho polen en el aire, algunos la pasamos mal debido a las alergias. Incluso cuando tratamos de correr unos kilómetros y nos queremos sentar o echarnos, no podemos respirar muy bien. En invierno, cuando no hay polen, en lugar de quejarnos del frío, podemos recordar cómo en abril o mayo no pudimos salir para nada. Ahora nuestros pulmones están despejados, podemos dar una caminata afuera y respirar muy bien. De modo consciente traemos nuestra experiencia del pasado para ayudarnos a atesorar las buenas cosas que estamos teniendo ahora mismo.
En el pasado, probablemente sufrimos de una cosa u otra. Puede que se haya sentido como un infierno. Si recordamos ese sufrimiento, sin dejarnos llevar por él, podemos usarlo para recordarnos a nosotros mismos lo afortunados que somos al no estar en esa situación ahora mismo. Podemos ser felices. Eso es entendimiento, y en ese momento puede crecer muy rápidamente nuestro disfrute y felicidad.
La esencia de nuestra práctica puede ser descrita como transformar el sufrimiento en felicidad. No es complicado, pero requiere que cultivemmos mindfulness, concentración y entendimento. Se requiere primeramente que regresemos a casa con nosotros mismos, que hagamos las paces con nuestro sufrimiento, tratándolo tiernamente, y ver atentamente las raíces de nuestro dolor. Se requiere que dejemos ir los sufrimientos inútiles e innecesarios y que demos una mirada más cercana a nuestra idea de felicidad.
Finalmente, se requiere que nutramos la felicidad diariamente, con reconocimiento, comprensión y compasión por nosotros mismos y los demás. Ofrecemos estas prácticas a nosotros mismos, nuestros seres queridos y una comunidad más grande. Este es el arte del sufrimiento y de la felicidad. Con cada respiración, aliviamos el sufrimiento y generamos disfrute. Con cada paso, la flor del entendimiento florece.
Por Thich Nhat Hanh
24 de febrero de 2017


sábado, 18 de marzo de 2017

5 Prácticas para Nutrir la Felicidad (Parte1)

Todos queremos ser felices y hay muchos libros y maestros en el mundo que tratan de ayudar a la gente a ser feliz. Sin embargo, seguimos sufriendo.

Resultado de imagen para felicidadDebido a esto, puede que pensemos que “lo estamos haciendo mal.” De algún modo estamos “fallando al tatar de ser felices.” Eso no es cierto. Ser capaz de disfrutar de la felicidad no requiere que no tengamos sufrimiento. De hecho, el arte de la felicidad es también el arte del sufrimiento. Cuando aprendemos a reconocer, aceptar y entender nuestro sufrimiento, sufrimos mucho menos. No solo eso, sino que también somos capaces de ir más allá y transformar nuestro sufrimiento en entendimiento, compasión y disfrute para nosotros y los demás.

Una de las cosas más difíciles para nosotros es el aceptar que no haya ámbito solo con felicidad y sin sufrimiento. Esto no significa que deberíamos sentirnos mal. El sufrimiento puede ser transformado. Tan pronto como abrimos nuestra boca para decir “sufrimiento”, sabemos que lo opuesto al sufrimiento ya está ahí también. Donde haya sufrimiento, hay felicidad.
Si nos enfocamos exclusivamente en buscar la felicidad, podemos tomar al sufrimiento como algo que debamos ignorar o resistir. Lo consideramos como algo que se mete en nuestro camino hacia la felicidad, pero el arte de la felicidad es también el arte de saber cómo sufrir correctamente. Si sabemos cómo usar nuestro sufrimiento, podemos transformarlo y sufrir mucho menos. El saber cómo sufrir correctamente es esencial para realizar la verdadera felicidad.
1. Dejar ir
El primer método para crear felicidad es el abandonar, el dejar atrás. Hay un tipo de gozo que viene del dejar ir. Muchos de nosotros estamos propensos a muchas cosas. Creemos que estas cosas son necesarias para nuestra supervivencia, seguridad y felicidad, pero muchas de ellas- o más precisamente, nuestras creencias de que son necesarias- son en realidad obstáculos para nuestra felicidad.
A veces piensas que el tener una cierta carrera, un diploma, un salario, una casa o una pareja es crucial para tu felicidad. Piensas que no puedes seguir sin esas cosas. Incluso cuando has logrado todo eso, o estás con esa persona, sigues sufriendo. Al mismo tiempo, aun tienes miedo de que si dejas ir ese premio que has logrado, será incluso peor; serás más miserable sin ese objeto al cual te aferras. no puedes vivir con él ni sin él.
Si miras profundamente tu aferramiento lleno de miedo, te darás cuenta de que es de hecho el verdadero obstáculo entre tú y tu felicidad. Tienes la capacidad de dejar ir. Dejar ir requiere mucho coraje a veces, pero una vez que lo haces, la felicidad viene rápidamente. No tendrás que buscarla por ahí.
Imagina que eres una persona de ciudad yéndose de paseo al campo. Si vives en una gran metrópolis, entonces hay mucho ruido, polvo, contaminación y olores, pero también muchas oportunidades y emoción. Un día, un amigo te convence de que se vayan por un par de días. Al inicio podrías decir “No puedo. Tengo mucho que hacer. Puede que alguien importante me llame por teléfono.”
Finalmente tu amigo te convence de ir y un par de horas después ten encuentras en el campo. Ves el espacio abierto, el cielo y sientes la brisa en tus mejillas. La felicidad nace del acto de dejar la ciudad detrás. Si no te hubieras ido, ¿cómo podrías haber experimentado ese tipo de alegría? Necesitas dejar ir.
2. Invitar semillas positivas
Cada uno de nosotros tiene diferentes tipos de “semillas” que yacen en lo profundo de nuestra consciencia. Aquellas que regamos son las que brotan, son percibidas y se manifiestan al exterior.
De este modo, en nuestra propia consciencia se encuentra el infierno y también el paraíso. Somos capaces de ser compasivos, comprensivos y llenos de disfrute. Si prestamos atención solo a las cosas negativas en nosotros, especialmente al sufrimiento y heridas pasadas, nos estamos revolcando en nuestras penas y no estamos obteniendo ningún nutriente positivo. Podemos practicar la atención apropiada, regando las cualidades saludables en nosotros al estar en contacto con las cosas positivas que siempre están disponibles dentro y alrededor de nosotros. Eso es buen alimento para nuestra mente.
Una manera de hacernos cargo de nuestro sufrimiento es invitar a la semilla de la naturaleza opuesta a que salga. Debido a que nada existe sin su opuesto, tú tienes una semilla de arrogancia, y también tienes una semilla de compasión. Todos nosotros tiene una semilla de compasión. Si practicas el mindfulness de la compasión a diario, la semilla de la compasión se hará más fuerte. Solo necesitas concentrarte en ella y aparecerá de modo poderoso.

Naturalmente, cuando la compasión aparece, la arrogancia desaparece. No tienes que luchar en contra o reprimirla. Podemos regar de modo selectivo las buenas semillas y abstenernos de regar las semillas negativas. Esto no significa que ignoremos nuestro sufrimiento, sino que permitimos que las semillas positivas que ya están ahí de modo natural reciban atención y nutrición.
Por Thich Nhat Hanh
24 de febrero de 2017