Imagina que, cuando
tenías 12 años, tu familia se mudó al otro lado del país. En tu nuevo colegio,
fuiste víctima de acoso escolar por primera vez. Cuando reflexionas sobre este periodo
de tu vida ahora, ¿Ves esto como uno de muchos episodios en los cuales las
cosas iban muy bien, y luego se pusieron feas? ¿Lo ves como otro ejemplo de una
experiencia difícil que tuvo un final feliz – tal vez el acoso te hizo más
fuerte, o te llevó a conocer una persona que se volvió tu amistad de toda la
vida?
Puede que no sea
como si el modo en que cuentas esta historia, incluso a ti mismo, formara la
persona que eres; pero resulta que el cómo interpretas tu vida y cuentas esa
historia tiene profundos efectos en el tipo de persona en la cual te
conviertes.
A mediados del
siglo XX, el show This Is Your Life era un programa básico en las televisiones
de Inglaterra y EEUU. Estaba relacionado con celebridades y gente común, a los
cuales se les presentaba un libro rojo que mostraba eventos clave, momentos
decisivos y recuerdos de sus vidas. Para efectos del show, estas historias de
vida fueron compiladas por investigadores; pero en realidad, cada uno de
nosotros anda por ahí con una versión del “libro rojo” en nuestras mentes – uno
escrito por nosotros, a menudo sin siquiera darnos cuenta de ello.
Estas narrativas
existen ya sea que les prestemos mucha atención consciente o no. Le prestan
significado a nuestra existencia y proveen de las bases para nuestro sentido de
identidad. Tú eres tu historia., tal como establecen Kate McLean y su equipo de
psicología de la Universidad de Washington.
La investigación
del grupo de McLean está entre los últimos en explorar la intrigante idea de
que estas historias personales contienen muchos elementos estables que revelan
algo inherente sobre nosotros, aunque los actualizamos de cuando en cuando.
Reflejan un aspecto fundamental de nuestra personalidad.
“La gente difiere
entre sí con respecto a sus historias de vida en modos que son similares a cómo
se diferencian en características más convencionales, como los rasgos.”
En casi dos décadas
de estudio, la evidencia acumulada respalda la idea de que, junto a los
valores, metas y rasgos de personalidad, nuestras narrativas personales
reflejan un aspecto estable de nuestra personalidad.
Otro trabajo
también ha ilustrado la importancia de estas historias como una parte de la
personalidad, ya que el modo en que contamos nuestras historias llega a tener
implicaciones para nuestra salud mental y bienestar general. Por ejemplo, si
eres el tipo de persona que recordaría los aspectos positivos de ese hipotético
episodio de bullying en tu nueva escuela, es más probable que disfrutes una mayor
sensación de bienestar y satisfacción en la vida. Además, esto trae la
tentadora posibilidad de que el cambiar tu estilo de autoría de tus propias
historias pueda ser beneficioso – de hecho, ayudar a la gente a reinterpretar
sus historias personales de un modo más constructivo es la base de lo que se
conoce como “terapia de narrativa”. El libro rojo en tu cabeza no es la edición
final. Modifica tu historia a medida que la cuentas, y tal vez podrás cambiar
el tipo de persona que eres.
En su estudio, se pudieron
identificar 3 puntos básicos:
El primero es
“Temas motivacionales y afectivos”, los cuales tienen que ver con cuánta
autonomía y conexión con los otros el narrador expresa, así como cuán positivas
o negativas son las historias en general, además de si son dominadas por buenas
situaciones que se vuelven amargas, o malas situaciones que resultan bien al
final. El segundo es “Razonamiento autobiográfico”, que es el cuánto
reflexionamos en las experiencias de nuestras historias, encontramos
significado en lo que sucedió e identificamos vínculos entre los momentos clave
y las maneras en que hemos cambiado y no. Finalmente, está la “Estructura”, o
cuánto de nuestras historias tiene una coherencia, en términos de la línea de
tiempo, hechos y contexto.
La gente que cuenta
historias más positivas e historias con más elementos de redención (por
ejemplo, esa vez en que perdiste tu trabajo, pero terminaste comenzando una
nueva carrera que disfrutas mucho más) tiende a disfrutar de un mayor
bienestar, al menos basados en investigaciones con muestras occidentales, en
términos de mayor satisfacción vital y mejor salud mental. Les sucede lo mismo
a las personas cuyas historias expresan un mayor sentido de ser el protagonista
de los eventos de sus vidas y tener una comunión significativa con los otros. Por
ejemplo, los episodios que recuerdan a menudo involucran seres queridos y
amigos cercanos, anécdotas, pasatiempos y similares. Participar en más
razonamientos autobiográficos y tener una mayor estructura en la historia de vida
propia también tiene una correlación con un mayor sentido del bienestar.
Opuestamente, el contar historias con más “contaminación”,
menos autonomía y comunión tiene una correlación con bajo sentido de bienestar.
¿Significa esto que si puedes revisar tu historia
personal de vida, considerando lo positivo que resultó de las experiencias
negativas, podrías ser capaz de desarrollar una personalidad más saludable y
fuerte?
En un estudio reciente, se pidió a un grupo de
estudiantes voluntarios que escriban narrativas de modo que puedan incluir más
secuencias de redención (como considerar que un error te ha cambiado para
bien).
Comparados con participantes de control, a quienes no
se les pidió esto, aquellos que fueron incitados a incluir más secuencias de
redención mostraron posteriormente una mayor persistencia hacia sus metas,
incluso varias semanas después, diciendo que ellos tenían tendencia a terminar
lo que sea que iniciaran.
“Estos descubrimientos no solo dan evidencia de que
las narrativas personales pueden ser formadas,” concluyeron los investigadores.
“También sugieren que el cambiar las maneras en que la gente piensa y habla
acerca de eventos importantes en sus vidas puede influenciarlos, haciendo que
sigan adelante.”
Como los filósofos han largamente discutido, hay un
sentido en el que construimos nuestras propias realidades. El mundo es lo que
hacemos de él. Usualmente, esta liberadora perspectiva es usada por
psicoterapeutas para ayudar a la gente a lidiar con miedos específicos y
ansiedades. Los estudios de la historia personal sugieren que un principio
similar puede ser aplicable a un nivel mayor, de modo que seamos autores de
nuestras propias vidas, y así dar forma a quienes somos. Ese es un cuento que
vale la pena compartir.
***Traducido
de: http://www.bbc.com/future/story/20190523-the-way-you-tell-your-life-story-shapes-your-personality