En
1977, el erudito argentino y escritor Jorge Luis Borges dio una serie de siete
conferencias en Buenos aires acerca de una variedad de temas, incluyendo “La
Divina Comedia” de Dante, pesadillas y la Cábala. Una de ellas está llamada
simplemente “Budismo”, y en ella, Borges presenta una visión general de la
antigua religión oriental. Borges había dado referencias a temas Budistas en
sus escritos. Aunque ciertamente él nunca le prestó tanta atención como hizo
con el Catolicismo o el Judaísmo, era una fe y herencia que encontró fascinante
y admirable.
Su
retrato del Budismo, aunque no tan profundo, no es menos solidario. La
conferencia está adaptada, parece, de un corto libro escrito el año previo,
“¿Qué es el Budismo?”, una “explicación clara y concisa de la religión, su
sistema de valores, y cómo algunas de sus principales enseñanzas comparten
algunas similitudes con otras doctrinas”, como dice el blog Vagamente
Borgesiano, que a su vez comenta que el libro de Borges- y por extensión la
conferencia- “raramente va más allá de lo que uno podría encontrar en el
artículo de Wikipedia sobre Budismo.” Puede ser así, pero el autor hace
comentarios muy a su estilo Borgesiano en su resumen. Abajo podemos encontrar
algunos extractos:
La Tolerancia Budista:
“La longevidad
del Budismo puede ser explicada con razones históricas, pero tales razones son
fortuitas o, más bien, son rebatibles, falibles. Creo que hay dos causas fundamentales: primero está la tolerancia Budista. Esa rara tolerancia no
corresponde, como es el caso de otras religiones, a distintas épocas; el
Budismo siempre fue tolerante.
Nunca ha tenido el recurso del
hierro o el fuego, nunca ha pensado que fueran persuasivos… un buen Budista
puede ser Luterano, o Metodista o Calvinista, o Sintoísta, o Taoísta o
Católico; puede ser un prosélito del Islam o del Judaísmo, con total libertad.
Sin embargo, no está permitido a un Cristiano, un Judío o un Musulmán el ser un
Budista.”
Acerca de la
Existencia Histórica del Buda:
“Podemos no creer su leyenda. Yo tengo
un amigo japonés, un Budista Zen, con quien he tenido largas y amigables
conversaciones. Le dije que yo creía en la verdad histórica del Buda. Yo creía
y creo que hace 2 500 años atrás hubo un príncipe del Nepal llamado Siddharta que
se convirtió en el Buda, el Despierto, el Lúcido, en oposición a nosotros, que
estamos dormidos o soñando este largo sueño que es la vida. Recuerdo una de las
frases de Joyce: “La historia es una pesadilla de la que quiero despertar.”
Bueno, Siddharta, a los 35 años de edad, despertó y se convirtió en el Buda.
Con aquel amigo que era budista yo discutía y le decía “¿Por
qué no creer en el príncipe Siddharta, que nació en Kapilovastu quinientos años
antes de la era cristiana?” Él me respondía: “Porque no tiene ninguna
importancia; lo importante es creer en la doctrina”. Agregó, creo que con más
ingenio que verdad, que creer en la existencia histórica del Buda o interesarse
en ella sería algo así como confundir el estudio de las matemáticas con la vida
de Newton. Uno de los temas de meditación que tienen los monjes en los
monasterios de la China y Japón, es dudar de la existencia del Buda. Es una de
las dudas que deben imponerse para llegar a la verdad.”
Sobre la Creencia en el Budismo:
“Las otras religiones demandan
mucha más credulidad de nuestra parte. Si somos Cristianos, debemos creen que
una de las tres personas de la Divinidad descendió para convertirse en un hombre
y que éste fue crucificado en Judea. Si somos Musulmanes, debemos creer que no
hay otro dios que Alá y que Mahoma es su apóstol. Podemos ser buenos Budistas y
negar que el buda existió. O, más bien, podemos pensar, debemos pensar que
nuestra creencia en la historia no es importante: lo que es importante es creer
en la doctrina. Aun así, la leyenda del Buda es tan hermosa que no podemos
evitar referirnos a ella.”
Borges tiene mucho más que decir
sobre la cosmología e historia Budistas, en esta conferencia. Él concluye de
modo respetuoso así:
“Lo
que he dicho hoy es algo fragmentario. Habría sido absurdo que yo expusiera una
doctrina a la cual he dedicado muchos años- y de la cual he entendido poco,
realmente- con un deseo de mostrar una pieza de museo. El Budismo no es una
pieza de museo para mí, es un camino a la salvación. No para mí, sino para
millones de personas. Es la religión más ampliamente difundida en el mundo y
creo que la he tratado con respeto al explicarla esta noche.”
***Traducido de: http://www.openculture.com/2015/01/buddhism-101-a-short-introductory-lecture-by-jorge-luis-borges.html